Hay más niños con obesidad. Mientras el Congreso busca eliminar octógonos, la obesidad en niños incrementó de 24% a 32%. Si bien el Ejecutivo incrementó el ISC a bebidas azucaradas, aún no ha publicado el Manual de Advertencias Publicitarias.
Con la finalidad de reducir los niveles de obesidad, sobre todo en los niños, y brindar información a los consumidores respecto al contenido dañino de los alimentos ultraprocesados, el 17 de mayo del 2013 se publicó la Ley de Alimentación Saludable (N° 30021). Y es que en aquel entonces, el 24% de niños entre 5 y 11 años padecía de obesidad.
Sin embargo, esta semana se cumplirán cinco años en los que la ley no solo ha permanecido encarpetada y sin implementarse, sino que también ha sufrido intentos de modificación y derogación como los últimos registrados en el Congreso. Asimismo, la obesidad en los niños pasó de 24% a 32%, según cifras presentadas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) la semana pasada.
“Es el colmo que la ley tenga cinco años sin implementarse y una vergüenza que la obesidad se haya incrementado. (La ley) no solo se limita al tema del etiquetado, es educación alimenticia para los niños, implica regular el expendio de comida chatarra en los colegios, mayor actividad física”, dice el excongresista Jaime Delgado, autor de la ley en el 2013.
Mientras que por otro lado, en nombre de la salud pública, el Ejecutivo elevó el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) la semana pasada.
Aunque suena bien para los ciudadanos, todo indicaría que la medida es la solución más rápida para aumentar la recaudación de impuestos, pues serán S/ 1.700 millones adicionales los que se ingresarán este año.
¿Está comprometido el Ejecutivo con la salud pública? En sus primeros días de gobierno, el Ejecutivo observó la modificación que busca hacer el Congreso a los octógonos de “Alto en Azúcar”, “Alto en Grasas” y “Alto en Sodio”.
Sin embargo, no es suficiente. El Manual de Advertencias Publicitarias es el último documento que necesita publicarse para que las papitas fritas, galletas, gaseosas y demás productos empiecen a lucir los octógonos. Jaime Delgado pide complementar esta subida del ISC con una implementación de la Alimentación Saludable.
“Tendrían que complementarse para que no parezca que solo es un tema de recaudación. Va a parecer que solamente quieren plata y no les interesa la salud. Los impuestos han salido rapidito, pero eso no es suficiente. Se necesitan medidas más concretas como el manual”, sostiene Delgado, quien presentó un pedido con firmas de 23.500 ciudadanos en Palacio de Gobierno para que se implemente la ley.
El caso chileno
Chile no solo mantiene la vigencia de sus octógonos, sino que ahora busca gravar impuestos a aquellos productos que los tengan. El senador Guido Girardi, autor de la Alimentación Saludable, conversó con La República y explicó que busca gravar impuestos de US$ 0,003 por gramo de azúcar, US$ 0,051 por gramo de sodio y US$ 0,038 por gramo de grasa saturada.
“En Chile hay muchas empresas que han apoyado esta ley, como Soprole. Incluso Coca Cola ha modificado su etiquetado respaldando la ley”, dijo a La República.
El senador chileno explica que su intención está respaldada en un estudio avalado por el Ministerio de Hacienda de su país que concluye que gravando impuestos al azúcar podrían disminuirse el 60% de nuevos casos de diabetes en un año. De igual forma, la disminución del consumo de sal con estos impuestos reduciría en 49% los casos anuales de hipertensión y en 41% los casos de accidentes cerebrovasculares.
“Los alimentos basura tienen un costo para Chile que supera los US$ 1.000 millones de dólares al año que el sistema público de salud tiene que pagar. La aplicación de estos impuestos tienen un inmenso impacto, además de recaudar US$ 450 millones por año, disminuirá nuevos casos de diabetes, infartos y otras enfermedades crónicas no transmisibles”, sostuvo.
¿Impuestos a los dulces?
Una reciente investigación hecha en Gran Bretaña y publicada por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, la Universidad de Cambridge y la Universidad de Oxford revela que no son suficientes los impuestos sobre las bebidas azucaradas. El análisis asegura que existe un mayor impacto en la salud de los ciudadanos si se gravan impuestos sobre los dulces, chocolates, pasteles y galletas.
“El análisis presentado sugiere que extendiendo las políticas fiscales e incluyendo los snacks dulces podría llevar a muchos mejores beneficios en la salud pública, tanto directamente, en la reducción de compras y, por lo tanto, en el consumo de estos alimentos; como indirectamente al reducir la demanda de otros bocadillos . Las asociaciones observadas en este análisis son sólidamente robustos para sugerir que las políticas y la investigación sobre el uso de medidas fiscales para reducir la ingesta de azúcares libres mejora la calidad de la dieta”, concluye el estudio liderado por el profesor Richard Smith, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
El caso mexicano
En el 2014, México, el entonces mayor consumidor de gaseosas en el mundo, gravó impuesto a las bebidas y en su primer año desincentivó el consumo en 5,5%.
En el año 2015 el desincentivo al consumo fue de 9,7% respecto al primer año de implementación. En promedio, los mexicanos consumen 5,1 litros menos de gaseosa desde que se implementó la mencionada ley.
En el caso del impuesto de 8% aplicado a la comida chatarra, produjo un desincentivo al consumo de 10,2% en las familias más pobres en su primer año y 5,8% menos en las familias de ingresos medios.
Es más, para el 2017 el Estado mexicano esperaba recaudar US$ 1270 millones a través del Impuesto Selectivo al consumo de gaseosas, pero solo recaudó US$ 1196 millones, es decir el consumo está más desincentivado de lo previsto por las propias autoridades.
¿Desincentivo a la industria?
El espíritu de la ley de Alimentación Saludable no es desincentivar la industria alimentaria en el nombre de la salud pública. Por el contrario, debe verse como alternativa para que las industrias innoven y reformulen sus productos de tal forma que reduzcan los altos niveles de grasas, azúcar y sales.
De hecho en Chile, según comenta el senador Girardi, grandes marcas como Coca Cola y Nestlé han respaldado la ley y han empezado a reducir sus niveles de azúcar, grasas y sal con tal de eliminar los octógonos de sus empaques. Tal es el caso de la gaseosa Fanta, cuyo nuevo eslogan de venta es: “Igual de ricas, ahora libres de sellos”.
“La idea es que las empresas que venden alimentos basura se reconviertan y vendan alimentos saludables eliminando los sellos bajando los niveles de sal, de grasas, de azúcar y de calorías. Así, pueden volver a tener publicidad en la televisión y a venderse en los colegios”.
Este martes el Congreso peruano discutirá la observación del presidente Martín Vizcarra a la ley que busca eliminar los octógonos. En caso se insista en implementar los semáforos con cifras y porcentajes, ya no serán cinco sino hasta siete años en los que no se implementará la ley. ¿A nuestras autoridades les interesa la salud pública?