Autor/Fuente: Claudia Ramírez Economía y Negocios El Mercurio
octógonos nutricionales podrían generar un cambio en la alimentación de todos
A casi un año de haber entrado en vigencia la norma que incorporó los sellos “alto en”, el 36,5% de los chilenos asegura que ha variado su elección y compra de alimentos, y entre los niños, el 26% ha dejado de consumir productos que tienen estos descriptores. Y mientras que entre los expertos hay matices al evaluar el efecto en la industria, el Minsal comenzó a monitorear la publicidad en internet y en el cable.
Cuando restan pocas semanas para que se cumpla el primer aniversario de la Ley de Etiquetado -que hizo debutar los sellos “alto en” en los alimentos si estos sobrepasan determinados contenidos de azúcar, sodio, grasa y calorías-, comienzan las evaluaciones del impacto en consumidores y en las ventas de la industria. ¿Los chilenos modificaron sus hábitos y compras? ¿Bajaron las ventas de los alimentos con sellos?
Pues bien, poco más de un tercio (36,5%) de los chilenos reconoce que ha modificado sus elecciones de alimentos producto de los “discos pare”, advierte el inédito estudio Chile3D, elaborado en mayo por de GfK Adimark, análisis que muestra que el mayor cambio se dio en las mujeres, en las personas de entre 65 y 74 años y en el estrato ABC1, grupo, este último, en que el 44,79% respondió que modificó la elección de alimentos (ver infografía).
Además, este cambio de comportamiento de los consumidores se reflejó con fuerza en las ventas. Durante el trimestre posterior a la entrada en vigencia de la ley -es decir, el tercer trimestre del 2016-, los productos con sellos cayeron en total 3,6% si se compara con el mismo período del año previo (cuando aún no regía la ley), mientras que en sentido inverso se comportó la venta de los productos sin sello, los que subieron al tercer trimestre del año en 1,9% sus ventas, según Kantar WorldPanel.
¿Significativo o exiguo el cambio de hábitos? Aunque podría parecer poco que el 36,5% de los consumidores diga que está cambiando sus elecciones por la ley y que otro 30,74% se declare neutro -o sea, ha hecho cambios, pero aún no significativos-, es alentador, estima Felipe Lohse, gerente de estudios cuantitativos de GfK Adimark. “Hay que pensar en cuánto se demoraron en cambiar las prácticas por la ley de tabaco -cuyos últimos cambios son de 2013-, que era una ley mucho más agresiva en términos de su implementación, con avisos muchos más vistosos, y recién hoy estamos viendo disminuciones en el consumo de tabaco”, dice.
Para Lohse, el cambio es significativo, considerando que la industria aún está en proceso de hacer transformaciones. “Hoy tenemos categorías completas etiquetadas, y todavía la industria no responde con productos con menos etiquetas o que no las tengan. Cuando empiece a haber alternativas, podríamos llegar al 40 o 50% de quienes declaran que cambiaron sus hábitos”, señala.
Para Lorena Rodríguez, jefa de Nutrición y Dietética del Ministerio de Salud (Minsal), que más de un tercio de la gente diga que cambió sus hábitos es positivo. “No hay ninguna política pública que en menos de un año haya logrado eso”, asegura.
Ya en el primer balance sobre la Ley de Etiquetado que hizo esta cartera, y que fue presentado en enero, había resultados que se consideran halagüeños. “El 92,9% de las personas dijo que reconoce los sellos y los entiende, y más del 80% aseguró estar de acuerdo con esta política pública restrictiva”, cuenta. Además, a un subgrupo de encuestados se les preguntó si estarían dispuestos a hacer algo, y la mayoría respondió positivamente. Por ejemplo, el 67,8% dijo que estaría dispuesto a elegir productos con menos sellos. A fin de año, esta cartera actualizará dicho estudio.
Los niños cambiaron menos sus hábitos
Otro análisis de GfK Adimark, Kids3D, muestra que al consultarles solo a niños de entre 8 y 14 años, el 26% respondió que ha dejado de consumir productos con sellos, y en este grupo -otro 74% dijo que no-, el producto más afectado fueron las galletas: 69% de estos niños dice que ya no las come. ¿El menos afectado? La mayonesa.
Kenrry Brizuela, account director de Kantar WorldPanel, tiene una visión matizada. Asegura que la reacción inicial de los consumidores, y por ende la caída en la venta de productos con sellos, es más fuerte por la reciente implementación de la ley, pero que, según la experiencia, esta reacción se podría atenuar. “En Ecuador se instauró un semáforo nutricional, cuyo efecto se fue diluyendo”, cuenta.
Caen la margarina y las galletas dulces, pero suben el helado y mantequilla
Otro dato que Kantar WorldPanel suma al análisis es la participación en las ventas de los productos, medido en valor. En el extremo, los sin sello suben de 19,3 a 20%, y en el otro extremo, los que sumaron tres sellos (azúcar, grasas y calorías) bajaron su participación en las ventas de 17,7 a 11,1%.
En el detalle, el efecto de la ley en las ventas de productos con sellos es dispar. Por un lado, hay productos que caen con fuerza, como la margarina (-9,9%) y las galletas dulces (-7,6%), y, por otro, hay categorías que también tienen sello, pero que suben, como el helado (9,7%) y la mantequilla (3,1%). Kenrry Brizuela explica que las bajas de ventas se produjeron en los productos que eran percibidos como saludables, pero que quedaron con sello, como las galletas de agua.
También suben las papas fritas, cuya venta creció de 0 y 5% entre 2015 y 2016, según datos preliminares de una investigación de Euromonitor International. Alfonso de los Reyes, gerente de investigación de Euromonitor, explica: “El consumidor favorece más el beneficio social -es decir, consumir en situaciones sociales- que el beneficio nutricional”.Hay productos, como las barras de snack adaptadas para quedar sin sellos, cuya venta en volumen crece entre 10 y 15%, según Euromonitor International.
José Luis Solórzano, gerente general de Coca Cola Andina Chile, explica que su reformulación vino de la mano con la reducción del azúcar en más de 100 productos (SKUs): “Fueron reformulados todos los jugos, todas las aguas saborizadas, Kapo, Quatro sabores y NordicMist. En conjunto con The Coca-Cola Company, en los últimos 24 meses cambiamos 34 fórmulas y a 25 les bajamos el contenido de azúcar”.